Un fantasma, un dinosaurio, una rana y un muñeco de nieve. Estas son los cuatro curiosos protagonistas controlables de el título Ufouria de NES. Cada uno de ellos tenía unas habilidades concretas, todas necesarias para ir superando niveles plagados de plataformas, enemigos y temibles jefes finales.
Con un diseño muy “japo” al que acompañaba una banda sonora de esas que se quedan para siempre grabadas en un rincón de tu memoria, Ufouria, The Saga, fue uno de esos títulos de NES alejado de los focos. Aún así, este juego que se lanzó en 1992 en Europa, y un año antes en Japón, ha pasado a la historia como una obra de culto, muy demandada por los coleccionistas. Sobre todo, porque este fue el único de los tres juegos de Ufouria que salió de las fronteras japonesas. Su principal peculiaridad en aquel momento era precisamente que había cuatro personajes a controlar, aunque no de inicio.
En un primer momento, sólo manejamos a Bob-Louie (el muñeco de nieve), que de repente se encuentra en un lugar extraño y ha perdido a sus tres amigos. Su primer objetivo es encontrarlos. Pero los tres sufren de amnesia, por lo que hay que derrotar a cada uno de ellos antes de que se unan a nosotros y sigamos avanzando. Las diferentes características de los cuatro compañeros son indispensables para ir encontrando objetos y llaves, y completando niveles.
Por ejemplo, Bob.Louie puede escalar paredes, pero resbala en el hielo y no sabe nadar. Free-Leon (el dinosaurio naranja) anda sobre el hielo, nada pero no bucea y es muy lento sobre tierra. Por su parte, Shades (el fantasma) salta mucho y cae muy despacio, al mismo tiempo que es inútil en el agua. Por último, Gil (la rana) es capaz de bucear, pero salta muy poco. Así que tenemos que ir cambiando entre unos y otros dependiendo de la situación. He aquí el principal aliciente de este título.
¿Y ahora qué?
Una vez que el equipo se reúne, el objetivo pasa a ser encontrar la manera de franquear una puerta. Tras reunir las suficientes llaves y abrirla, nos enfrentamos al jefe final del juego. Se trata de una rana gigante extraterrestre llamada Unyo, que te atacará con su armadura flotante. Sólo derrotándolo, los cuatro amigos podrán volver a su planeta.
Ufouria nos ofrecía total libertad a la hora de recorrer sus niveles en busca de nuevos objetos o pistas, con claras reminiscencias a Metroid en este aspecto. De hecho, era obligado volver una y otra vez sobre nuestros pasos para poder evolucionar. Y como no contábamos con un mapa que nos sirva de guía, era nuestra memoria la que nos recordaba aquel punto que gracias a las nuevas habilidades ya se puede superar.
Estamos ante un juego de dificultad más bien moderada y en el que se puede consumir unas cuatro horas para completarlo, no penalizando demasiado cuando perdemos todos los puntos de salud. En ese momento te mandan al área inicial sin castigo alguno, y conservando todos los objetos que hayamos recolectado. Además, existía la posibilidad de guardar una contraseña en cualquier momento (en un sistema de cuadrícula, puntos y colores que hacía que llenaras hojas y hojas).
El juego de Sunsoft cogió elementos de Metroid, añadió color, humor y una mecánica de juego sencilla y adictiva y obtuvo como resultado un título muy curiosos de una “third party” que batía a la mayoría de los creados por la propia Nintendo en su propio terreno.
DIFERENCIAS CON JAPÓN
Hubo importantes diferencias entre la versión de Ufouria que salió en Japón y la que se vendió en el resto del mundo. Además, de todos los nombres de los personajes, el protagonista pasó a ser un pingüino a una especie de muñeco de nieve. Además, el dinosaurio al que controlábamos era en tierras niponas un niño disfrazado de gato. Quizás el cambio más notable era que en Japón, los pájaros lanzaban sus heces, mientras que en la versión PAL lo que tiraban eran yunques.
Recuerda que si te gustan los artículos que hablen de todo lo relacionado con lo retro, puedes pasarte por aquí y leer los que quieras.