Viajamos a julio de 1978, hace casi 40 años. Entonces, un señor llamado Eikichi Kawasaki fundó el “Nuevo Proyecto Japonés”, o sea, el “Shin Nihon Kikaku”, abreviado: SNK.
Como Nintendo, no empezó la empresa como desarrolladora de videojuegos, sino de hardware. Entonces Taito empezó a despuntar con Space Invaders, y empezó a crear, además de sus propias máquinas, los juegos que debían llevar. Así puestos, pronto empezaron con el simplón Micon Block, luego otros juegos menores y, ya en 1983, su primer éxito: Vanguard, que abrió la puerta del scroll lateral al género de las naves, y que rompió fronteras internacionales. A partir del 86 empezaron a lanzar títulos que fueron realmente populares también en España, como Ikari Warriors, Psycho Soldier o P.O.W. En menos de una década, ya eran un sello clásico de los salones recreativos.
Cambio de década
Megadrive sale a la venta en Japón en 1988 y Super Nintendo saldrá a finales del 90. Ambas consolas, ya con 16 bits, prometían llevar las máquinas recreativas a los hogares, y las compañías empezaron a centrar sus esfuerzos en estas conversiones, dada la envergadura del mercado doméstico. Sin embargo, SNK creó algo diferente, una especie de súper consola para salones recreativos. En colaboración con Alpha Denshi (ADK) crearon la Multi Video System, una placa de recreativa capaz de albergar hasta seis cartuchos.
Los programadores de la compañía trabajarían sobre un hardware concreto, y no habría que sustituir máquinas enteras. Además, para asegurarse de este recorte de gastos futuros, crearon un auténtico monstruo tecnológico. Pero aún hay más, porque, al mismo tiempo, desarrollaron una versión de un único cartucho que se podía conectar a una tele. Fue el AVS, siglas de Advanced Entertainment System. Esto ya era una consola en toda regla, pero sólo para alquiler. Ya que los costes eran brutales, aunque se generó tal interés que, un año después, ya empezando 1991, decidieron comercializar la consola más cara de la historia. Por supuesto, estamos hablando de las versiones arcade y doméstica de la mítica NEOGEO.
Cartucho de oro
La consola costaba unos 500€ de la época (2.400€ el arcade), por lo que hacerse con una era un desembolso enorme para una familia media. Pero el remate tecnológico y económico lo ponían los cartuchos, todos con todas las opciones, idiomas y regiones dentro. El más barato costaba 150€ y podían llegar a los 300€, cinco veces más que el más caro de SNES.
Esta claro que no iban a vender millones de unidades, ya que su lucha era otra, la de los salones recreativos, donde pronto fueron los reyes, sobre todo gracias a sus impresionantes juegazos de lucha y acción. Su época dorada duró toda ladécada, y sacaron 148 juegos.
FUE EL SUEÑO DE CUALQUIER AFICIONADO A LOS VIDEOJUEGOS DURANTE LOS 90 Y, AÚN HOY, SON MÁQUINAS MUY CARAS DE COLECCIONISMO.